Una sonrisa, un café





Siempre he dicho que no sólo la comunicación es la base de toda relación humana; sino que además hay que agregar la comprensión y predisposición. Además de cariño, ganas, y un largo etc. Somos muy complejos. 

La información no nos llega de la misma forma a todos. Cada uno de nosotros tiene una manera de digerir lo que se percibe. Sin embargo siempre hay constantes. Esas cosas (gestos, colores, acciones, etc.) que nos llegan a todos de la misma forma. Que las entendemos igual. Y una sonrisa, es una de ellas.

Sinceramente, no me considero la persona más sonriente del mundo, pero admiro a aquellas que siempre están con una en el rostro. Y más aún, a aquellas que son sinceras con ellas. No entiendo hasta ahora cómo lo logran. 

Esas personas son las dueñas del mundo. Son las que vale la pena conocer. Con esto no estoy diciendo que yo, siendo un "no sonriente" asiduo, no valga la pena conocerme; sino que intento rescatar el valor agregado que estas personas denotan con la primera impresión. Confieso que he conocido a muy pocas personas así en mi vida. 

Pero lo que sí puedo afirmar es que cuando voy a un lugar donde vaya a comer o tomar, me aseguro que quien me vaya a atender u ofrecer lo del lugar, sea una persona son una sonrisa sincera. Porque las ganas que transmite, la energía; favorece no sólo mi digestión, sino que también el alma. 

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