La asignatura que debí tomarle más atención

Una de las etapas más bonitas de la vida, y de las más importantes, es la etapa escolar. 

Durante esta etapa, normalmente, mientras estamos en ella tenemos muchas ansias de terminarla. Sin embargo, cuando estamos por culminarla, no queremos salir. Además de ello, estamos tan al pendiente de al "cuánto falta para vacaciones" u otras cosas que terminamos descuidando lo más importante: la formación de vida. 

Esta formación de vida se da a través de los diversos cursos o asignaturas que cursamos durante los primeros años de nuestras vidas. En algunos nos va bien y en otros no muy bien, y ello influye en nuestra forma de afrontar los retos al momento que se nos presentan: ceñirnos a lo que más sabemos hacer o donde nos sentimos más cómodos actuando. Sin embargo, la diferencia que nos distingue del resto s ve reflejada una vez que se van acumulando los detalles de nuestras carencias.

Yo, por ejemplo, puedo hablar muy bien acerca de política o historia; pero cuando me llevan la conversación al mundo de la música, entonces voy con cuidado y mi participación baja considerablemente. Porque, claro, no me siento en confianza para hablar sobre algo que no conozco (sin que ello signifique un total desconocimiento).

Por ello, siempre me arrepentiré de no haber tomado más atención a las artes, especialmente a la música y el teatro: aprender a tocar algún instrumento musical, o haber participado en alguna obra de especial relevancia para mí. Aunque siempre existe el "nunca tarde", también le sigue un "pero ahora será más complicado". 

Ante esto, y con los tiempos que tengo y hacen, me conformo con mi situación de espectador y consumidor de la música. La disfruto. Si es acompañado de un buen ambiente y compañía, entonces seré feliz. Y fui feliz en el restaurante The American, en Sitges. Buena comida, buen café, y buena música.

Y a ti, ¿qué asignatura te hubiera gustado tomarle mayor interés?

--
Diego Ganoza